Sí, por muy desvalorizada que esté hay que reconocer que es cierta; aunque no siempre sepamos por dónde empezar o cómo hacerlo.
Desde que comprendo que ponerlo en práctica es lo mejor para mí (y cuándo estoy alineada con ello), puedo responder sinceramente a personas que tiran de mi o que requieren de una mano, cierta ayuda o apoyo cuando todavía no me he recuperado o en momentos en los que estoy frágil o me siento débil por el motivo que sea.
He aprendido que aunque suene egoísta es mejor decir mira “Si yo no estoy bien, desde mi malestar no puedo echar una mano a nadie”, no solo porque seguramente “esa mano” será deficiente, sino porque además agotaré mi energía y en vez continuar en el proceso de recuperación, caeré aún más fuerte y luego seremos dos los afectados.
En cambio; si yo estoy bien, desde mi bienestar y plenitud puedo contribuir y colaborar con quién quiera, lo cual me elevará y enriquecerá más como ser.
Por ello, una de las cosas que creo hay que hacer para [inlinetweet prefix=»» tweeter=»» suffix=»»]comenzar a amarse a uno mismo[/inlinetweet], es averiguar qué es lo que nos hace sentir bien y felices, para ponerlo en práctica tanto como nos sea posible. A veces esto significa que debemos dejar, renunciar o abandonar algo.

Cuándo Menos es Más
Por ejemplo, me doy cuenta de que mi energía decae muchísimo cuando por un buen tiempo dejo de estar en contacto con la naturaleza, y para poder hacerlo puede que tenga que restar tiempo a ciertas cosas o reducir ganancias provenientes de otras actividades, sin embargo es para mí bienestar y ¡claro que vale la pena! libre de culpas y sin pesares; sé que el hacerlo me ayudará a recargar mis baterías y que luego estaré mejor y rendiré más.
Tal vez te pase lo mismo y necesites tiempo para relajarte de tu forma preferida por ejemplo mirando el atardecer, pero por diversos motivos pasa un día y otro y no lo haces; te propongo que pruebes y te des el permiso para hacerlo; verás que si conectas con ese momento de forma regular, pronto se instalará en ti un sentimiento de poder, de auto-valoración y merecimiento.
Es como si despertara una parte de tu ser y te dijera, que eres capaz, que por fin te abras a recibir, que mereces ser amado de la forma en que esperas y deseas.
Te llenarás de auto-comprensión y de la sensación y confianza de que eres libre y por eso haces lo que quieres, cuando quieres y cómo quieres y al fin de cuentas…. ¿Quién puede impedirlo si no te encuentras entre rejas?
¿Quién puede evitar que decidas hacer eso que realmente anhelas y que hasta ahora has pospuesto?
Hacerlo, materializarlo, puede ser el acto de amor más grande que hagas para ti mismo.
¡Cuéntame! ¿Tú que haces para amarte a ti mismo?
Si te ha gustado éste post ¡compártelo en tus redes!