Acepto, me perdono y estoy en Paz

"Acepto, me perdono y estoy en Paz"
Acepto, me perdono y estoy en Paz

Acepto, me perdono y estoy en paz, podría ser un magnífico mantra para repetirnos a diario, de hecho me encuentro en esa fase y es verdad que al final de su repetición viene el suspiro y con él la paz.

También se podría encuadrar la frase dentro de un curso de milagros o del hoponopono.

Quiero compartir esto por si alguien quiere ponerlo en práctica, quizá le sirva. Pero también lo que implica aceptar, no hablo de la aceptación desde la angustia o la impotencia que una situación puede provocar, sino desde la comprensión de que en éste instante las cosas son así pero que el mundo que considero “como real” mañana pueda ser distinto, porque me pongo en acción para hacer todo lo posible para que así sea.

Y cabe aclarar que es hacer todo “lo posible” y no lo “imposible”; si utilizas ésta última palabra caerás en la trampa de conseguir exactamente lo contrario de lo que deseas  o esperas.Me contaron una corta historia que viene muy bien para ilustrar la aceptación y entender que debemos aceptarnos tal y como somos y aceptar a otros de igual forma, en lugar de intentar cambiarlos. El cuento es simple, pero nos ayuda a entender lo que es la verdadera aceptación sin juzgar; y, hasta dónde puede llevarnos el aplicarla.

"Acepto, me perdono y estoy en Paz"
Acepto, me perdono y estoy en Paz
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De Ladrón a iluminado

Cierto día un hombre que había pasado la mayor parte de su vida robando y haciendo lo que el calificaba como el “mal a los demás”, buscó a un sabio maestro al que le contó sus andanzas y le preguntó, ¿cómo puedo hacer para rectificar?

El maestro lo miró profundamente y le dijo: Cuéntame, ¿qué sabes hacer?

Nada, respondió el malhechor a lo que  el maestro replicó: Eso no es posible, todos tenemos un don o talento, tú no será la excepción.

A lo que dijo: Bueno, se me da muy bien robar

El  sabio le dijo; ¡muy bien! ve y roba toda la belleza que encuentres en el universo sin olvidarte de nada; roba el sol y las estrellas, roba el agua, las flores, el canto de los pájaros; una vez que los hayas hecho lleva todo lo robado hacia tu interior, hasta el sitio en donde no hay mente y llénate de todo ello.

La leyenda dice que luego de un tiempo el malhechor se iluminó y fue un sabio maestro.

¿Y para ti, qué es la aceptación? ¡Comparte tus ideas!

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